Está claro que Williams sabe cómo contar una historia y con 'Lisa Frankenstein' como su alocada y maravillosa tarjeta de presentación, no se puede negar que es una cineasta a tener en cuenta.
Hace algunas cosas bastante bien, concretamente destacan los elementos más cruciales: los personajes, la ambientación y unas cuantas actuaciones buenas. El semi-olvidable debut de Kline tiene algunas cosas a su favor.
El último trabajo de Gaspar Noé es más delicado, pero no por ello menos impactante, lo que lo convierte en uno de los mejores. Es su obra más reflexiva hasta la fecha. Noé no es ajeno a las duras realidades de la vida.
Una 'buddy movie' hilarante y emotiva, que toca todas las notas correctas. Resalta los conceptos de familia elegida, conexiones maternales y la importancia de hacer lo que te brinda felicidad a través de una diversión intensa y picante.
Hay que reconocer que la serie nunca es mala, simplemente no está a la altura del tipo de singularidad desgarradora que ha hecho de la obra de Ito una referencia en el mundo del terror. Es lo suficientemente disfrutable.
Con un reparto impecable, una dirección perfecta, una fotografía y una iluminación de gran calidad, por nombrar sólo algunas de sus virtudes, esta película es un triunfo.
Un viaje estético, ligero y fresco, con un corazón alegre que permite al público simplemente ponerse cómodo y disfrutar potencialmente de una de las películas más fáciles de Anderson.
La deslumbrante presencia de De Armas es indiscutible. Pero con una dirección inconexa y un guion desordenado, simplemente hace lo mejor que puede en el mundo caótico del que la propia película la obliga a formar parte.
Es la primera vez que la vida de Kahlo es narrada por su propia escritura y la película hace un trabajo increíble al combinar todos sus elementos visuales y auditivos para dar forma a la narración del mundo de la artista.
No es para todos. Si buscas un viaje mental caótico, lleno de colores estridentes, coches veloces, armas estruendosas y mucho twerking, esta puede ser tu opción.