Todos sus amorfos fenómenos de terror podrían haber sido más interesantes si la trama no hubiera seguido insistiendo en una explicación sistemática para ellos.
Una película sabrosa y muy larga, cuyos evidentes hilos argumentales se despliegan con una lentitud dolorosa que de alguna manera los hace más profundos.
El guion demoniza a un hombre para expresar algunas ideas evidentes, permitiendo que Day-Lewis y Watson ensalcen la historia de sus personajes en lugar de demostrarla.
El contraste entre la locuacidad de Tucker y las pocas palabras de Chan debería ser más divertido, pero la trama y el ritmo irregular sofocan la mayor parte de sus momentos.
La película presenta una violencia tan ostentosa y constante que pierde su impacto. Además, la falta de química entre los dos protagonistas es notable.
Cuanto más patético es su papel, más evidente se hace la diligencia de Robin Williams, pero en este caso su profesionalidad no hace que falta la pena esta historia de fantasía.
Esta película mezcla violencia extrema y humor, creando un tono irreverente que lo eclipsa todo. La trama, tan inteligente, aplasta la caracterización y hace que la acción se sienta superficial.
Aunque no alcanza el nivel de 'The Bridges of Madison County', el más reciente romance protagonizado por Kevin Costner se aproxima bastante a la excelencia.
Los puntos de vista de los niños se presentan de manera tan poderosa que la trama de este elegante drama de 1997 con toques de realismo mágico no parece fruto de una coincidencia.
Las largas y monótonas secuencias de persecución dominan la narrativa, ya que la predecible trama no requiere de mucha explicación, lo que provoca que su incesante repetición llegue a resultar sorprendente.
Las escenas que prometían ser muy divertidas resultan ser más insípidas que los momentos pequeños de la película, y su humor cotidiano no se relaciona de manera efectiva con la trama ni con los personajes.
A pesar de la conexión entre los personajes principales, me encontré en medio de esta historia de acción esperando impacientemente el momento en que finalmente se besarían.