Obligatorio para los fanáticos e intrigante para el espectador casual. Es un film atractivo y visualmente impactante, además de ser un tributo adecuado a un icono musical.
A veces parece cuidadosamente orquestada, pero si puedes aceptar esto como parte de la campaña de Madonna que sugiere que 'toda publicidad es buena', está bien. El metraje de los conciertos, en cambio, es de primera.
Aunque pueda resultar un poco extensa y algunas subtramas no se integren de la mejor manera, la película se mantiene como un gran logro gracias a la extraordinaria actuación de Paul Giamatti.