Mientras que los americanos crean series magistrales como 'Succession', nosotros tomamos una premisa e historia bastante brillantes y las transformamos en un drama psicológico que resulta tibio y poco convincente.
Michel Simon brilla con su actuación. La fusión de realismo y fantasía que presenta es realmente emotiva, y la fotografía de Boris Kaufman destaca por su calidad excepcional.