Ni Shailene Woodley puede salvar a la insufrible 'Insurgente'. La película cae en un abismo de aburrimiento que rara vez se ve en las segundas partes de las sagas adolescentes.
'El gran Gatsby' de Baz Luhrmann es la primera cita obligatoria de los estrenos de la temporada de verano de Hollywood, aunque sea sólo por su asombrosa evocación del Nueva York de los años 20 - y además en 3-D.
Ofrece suficientes delicias visuales y secuencias de acción para satisfacer a los fans y mucho más humor que las otras películas de 'El Señor de los Anillos', aunque solo ocasionalmente logra alcanzar la grandeza de la trilogía.
Todo lo que un taquillazo veraniego debería ser, pero casi nunca es: una ingeniosa y vigorosa obra de entretenimiento. Me alegra informar que, de manera definitiva y positiva, el final ha valido la pena.
Hilarante. La película se esfuerza por ofender a prácticamente todos, desde mexicanos hasta judíos, afroamericanos, y especialmente a los cristianos evangélicos.
La película de horror más espeluznante, tenebrosa y elegantemente rodada que he visto en años. Una de las razones por las que funciona de manera en la que otras películas de horror no lo hacen, es que realmente nos interesan los personajes.
Imagina juntar 'Los Goonies', 'E.T.', 'Encuentros en la tercera fase' y 'La guerra de los mundos' en la batidora de 'Gremlins', y transportar esa mezcla a 1979 con el DeLorean de 'Regreso al futuro'. Así es como se presenta 'Super 8' de J.J. Abrams.
Tiene algún momento complicado, pero es un emocionante viaje de descubrimiento, tanto para el público como para una protagonista luchadora decidida a aprender cómo ser fiel a sí misma. No se la pierdan.