Desmemorias de África va de más a menos, comenzando con una presentación de escenario y personajes que resulta funcional, eficaz y enérgica. Sin embargo, a medida que avanza, la intriga dramática se torna francamente previsible y se presenta de forma fraseada sin especial ingenio.
Amable, grata, bien empaquetada, pero tan prescindible como la hazaña de su modesto protagonista. Hopkins hace aquí un trabajo muy serio, aparentemente sencillo.