Carece de la ambición y sinceridad desgarradora que caracterizaba a la entrega anterior. Al adaptar una novela, lo que se presenta en pantalla resulta ser una indecisión superficial y poco convincente.
El compromiso de Park con su causa, sin caer en la trampa de buscar entretenimiento o un optimismo superficial, es lo que realmente otorga fuerza a su trabajo.
Un thriller criminal genérico que empieza con mucha energía, pero al llegar a dos tercios del metraje, los giros resultan tan absurdos que se pierde el interés por los personajes.
Esta obra presenta una baja tensión y es bastante larga, lo que puede decepcionar a los fanáticos en busca de emociones intensas. Sin embargo, su desenlace ofrece un toque romántico tan auténtico que logrará tocar el corazón de la mayoría, incluso de los más escépticos.
Un drama familiar sutil y meticuloso que deja huella tras su desenlace. Koreeda presta atención al mundo interior de sus personajes, como lo haría un afinador de pianos.
La historia melancólica de una familia rota se desarrolla lentamente, y su breve reencuentro durante un tifón lleva al espectador a reflexionar sobre la vida a través de pequeñas epifanías en el último acto.