Megan Martin no cae en el error de simplemente copiar la primera película con personajes diferentes; en cambio, crea una oscura historia de hadas que sorprende y atrapa al espectador.
Las mayores bazas de la película son sus protagonistas, Susie Porter y David Wenham, cuyo considerable atractivo personal hace que sus trilladas observaciones sobre la guerra de sexos parezcan encantadoras.