Ya apenas hay americanos que hagan películas sobre su país, más allá del Sr. Eastwood, un hombre cuya vitalidad como artista no muestra signos de menguar, incluso en un esfuerzo modesto como es 'Gran Torino'.
Una llamativa y preciosa avalancha de color, sonido y movimiento. Al final, lo que me hace ser algo reacia a esta brillante película, a la que es difícil resistirse, es que su alegría parece más calculada que honesta.
Vean el Holocausto trivializado, minimizado, con un toque kitsch, explotado comercialmente y secuestrado por una tragedia de una familia nazi. O mejor, con toda sinceridad: no la vean.
Un vulgar, chillón, profundamente vacío y demasiado largo apéndice a una serie que, con los años, se había expandido y había evolucionado de formas sorprendentes.
Lo que convierte a 'Half Nelson' en un filme americano tanto inusual como excepcional es su énfasis en la conciencia política como un imperativo moral.
'Anomalisa' presenta momentos de humor incómodo y, en ocasiones, ácido. Sin embargo, es más que una comedia; es una reflexión sobre el horror del surrealismo triste y banal que caracteriza la vida cotidiana.
'Gladiator' tiene una dirección brillante y ofrece impresionantes interpretaciones, pero no es suficientemente profunda o comercial para ser grande. Es triste, seria, hermosa y finalmente, sin sentido alguno.
Un entretenimiento histérico. Disfruté de 'Gods of Egypt', a pesar de la trama genérica, el cuestionable reparto europeo y los efectos especiales que, ¿tal vez intencionadamente?, resultaron poco convincentes.
Peter Pan no fue simplemente una historia maravillosa sobre encantadores niños; también abordó el deseo de Barrie de no crecer, una añoranza que los creadores de la película interpretan como un anhelo superficial de un adulto que intenta aferrarse a su imaginación.
Lo más extraño de la película es lo mucho que se asemeja su argumento al de la cinta original sin llegar a capturar su magia ni la tremenda delicadeza con la que exponía sus emociones.