Sarnoski asume el legado de John Krasinski y presenta una precuela que, aunque no es perfecta, resulta altamente recomendable, especialmente por su impresionante diseño sonoro y su uso magistral del sonido en el cine.
Scott logra satisfacer incluso a los seguidores más fieles, a pesar de las dificultades. Además, esta entrega posee una calidad comparable a su predecesora.
Es imposible aburrirse con esta entrega de Star Wars: Tripulación perdida. El humor que emana de esta nueva producción, junto con una buena dirección, ofrecen una ficción que definitivamente merece ser considerada.