Atesora el rigor de la crónica histórica, evitando caer en un dramatismo excesivo, y se presenta como una opción atractiva y fresca para cinéfilos y aficionados a la historia contemporánea.
Tenso y claustrofóbico thriller donde, desde su arranque, el espectador asume encantado que no va a poder apartar la mirada en los próximos 85 minutos.
A pesar de su falta de originalidad, se destaca por un humor más ácido y audaz que el de otras obras del mismo estilo. Además, mantiene un ritmo narrativo agradable y bien equilibrado.
Funciona sin encasillarse en un solo género, mostrando un humor agudo, un inquietante ambiente y un profundo drama entre padre e hijo. Chaganty transforma la experiencia cinematográfica mediante el uso de herramientas digitales.
Un ejercicio esperanzador con vocación filantrópica, un retrato neorrealista que evita la manipulación emocional. Es una película honesta y que merece ser vista.
Es un claro reflejo de la evolución del cineasta, quien presenta una historia de fatalidades manteniendo su distintivo estilo provocador y poderoso en la narrativa. Dolan se reafirma con esta adaptación de Jean-Luc Lagarce, destacando su singularidad como provocador.