Atesora el rigor de la crónica histórica, evitando caer en un dramatismo excesivo, y se presenta como una opción atractiva y fresca para cinéfilos y aficionados a la historia contemporánea.
Tenso y claustrofóbico thriller donde, desde su arranque, el espectador asume encantado que no va a poder apartar la mirada en los próximos 85 minutos.
Jan Komasa se distancia del cine religioso contemporáneo, que a menudo resulta vacío y aleatorio, preocupado solo por la trascendencia. Su obra se presenta como una interpretación moderna de Pickpocket de Bresson, logrando un resultado realmente impactante.
A pesar de su falta de originalidad, se destaca por un humor más ácido y audaz que el de otras obras del mismo estilo. Además, mantiene un ritmo narrativo agradable y bien equilibrado.
Funciona sin encasillarse en un solo género, mostrando un humor agudo, un inquietante ambiente y un profundo drama entre padre e hijo. Chaganty transforma la experiencia cinematográfica mediante el uso de herramientas digitales.
Un ejercicio esperanzador con vocación filantrópica, un retrato neorrealista que evita la manipulación emocional. Es una película honesta y que merece ser vista.
La búsqueda por el éxito del romance maduro es tan persistente que los recursos se agotan en solo treinta minutos. Se presenta como una comedia ligera que, a pesar de todo, logra descubrir sus propias virtudes.
Es un claro reflejo de la evolución del cineasta, quien presenta una historia de fatalidades manteniendo su distintivo estilo provocador y poderoso en la narrativa. Dolan se reafirma con esta adaptación de Jean-Luc Lagarce, destacando su singularidad como provocador.