La dinámica entre el dúo de directores es bastante fluida. Trabajando de forma sinérgica, abordan algunos aspectos fundamentales del sistema. Algunas metáforas visuales son auténticas obras maestras.
El argumento puede parecer tópico, pero la atención a los detalles en la construcción de los personajes y las dosis precisas de las revelaciones que ofrece el guion de Žuvan hacen que la película resulte auténtica.
El tipo de película que deja una sonrisa permanente en el rostro del espectador. Tiene el poder de hacernos creer que, no hace tanto tiempo, el mundo era un lugar mucho mejor.
No está exenta de fallos, especialmente en lo que se refiere al desarrollo y el momento de los giros argumentales, pero sin duda merece la pena verla por el encomiable trabajo del director.
Sadaf Asgari demuestra su increíble talento actoral y nos hace sentir que la lucha de su personaje resuena con la nuestra, convirtiendo esta obra en una de las más conmovedoras del 2022.
Una crítica contundente a una sociedad defectuosa, centrada en la Iglesia, la religión, las etiquetas y la violencia. Schmidt narra la historia con gran maestría.
Una película divertida y agradable de ver. Evidentemente, no es una obra maestra en ningún sentido, pero Macdonald ha demostrado ser capaz de ejecutar una buena película para alegrar al gran público.