Los episodios se suceden en una serie de irregulares viñetas: Graciosas, irónicas y retorcidas. Es genial ver de nuevo a Kudrow en televisión, pero este truco resulta visualmente estático y cómicamente raquítico, ya que se desgasta muy rápidamente.
La transformación de la atmósfera encantadora y alegre de 'Oz' en una ironía perturbadora acompañada de visuales alucinantes y de pesadilla la convierte en una curiosidad excéntrica en lugar de una verdadera maravilla.
Elegante y erótica en su salvaje aunque sórdida belleza, la tercera temporada de esta culta y elegante mezcla de monstruos de John Logan nunca pierde el foco.
La serie presenta un estilo visual que se siente repetitivo y poco profundo, evoca la impresión de ser solo otro tiroteo con un toque algo más fantástico.
Karen es un personaje tanto descarado como divertido, y su astucia se suma a su personalidad sigilosa. Su camino en busca de respuestas culmina en uno de los momentos más impactantes que he presenciado desde 'Broadchurch'.
Su mala leche evoca a 'Curb Your Enthusiasm', y el ambiente remite a 'The Larry Sanders Show', reflejando de manera ríspida la disfunción y la incompetencia que suele ocultarse en el trasfondo de las altas esferas.
Es emocionante y cuenta con un buen trasfondo emocional, gracias a la actuación de Billie Piper, quien añade ingenio y calidez, además de un matiz inquieto e impredecible.
Si todo esto resulta nuevo para ti, la atractiva mezcla de humor y horror podría cautivarte. Sin embargo, si ya te has encariñado con la versión británica, esta copia desigual te parecerá completamente prescindible.