[Crítica 3ª temporada]: posee todas las virtudes y ventajas de una comedia de situación clásica, con la ventaja añadida de ser capaz de entrelazar flashbacks y personajes recurrentes de una forma que no resulta artificiosa.
Tiene todas las características de un éxito. Sin embargo, se transforma en un drama familiar que depende de giros predecibles que cualquier amante del género puede anticipar fácilmente.
Logra algo complejo para cualquier serie procedural de larga duración: halla la forma de incorporar nuevas y sorprendentes capas a personajes que han estado en pantalla durante más de diez años.
Un retrato efectivo de una familia asiática dividida. La nueva generación enfrenta el desafío de cumplir con las expectativas culturales y las tradiciones, al tiempo que lucha por encontrar su propia identidad en el mundo.
La segunda temporada continúa ofreciendo una adaptación dinámica y cautivadora del clásico formato procedimental. Los guionistas logran equilibrar la serie, haciéndola un complemento perfecto a las novelas de Slaughter y a la vez, permite que funcione de manera independiente.