La sexta temporada es caótica y absurdamente divertida, justo como se espera de 'The Eric Andre Show'. Su esencia radica en la rareza y en disfrutar el momento. Con solo 10 minutos de duración, es una dosis rápida de risas y locura que no te querrás perder.
A pesar de que la serie se fundamenta en individuos y lugares auténticos, no logra transmitir la impresión de que estemos adquiriendo conocimiento alguno.