Poco original, pero enérgica y en ocasiones conmovedora, su mayor reclamo es el propio Ritter, que todavía puede convertir pequeños problemas en situaciones encantadoras, a través de tartamudeos y dobles tomas.
Adaptada por Pearson y dirigida con un ritmo sutil por Craig Baxley, la película se presenta como una exploración de matices sofisticados y momentos impactantes.
El contenido es fácil de seguir, pero el resultado y los involucrados no logran cautivar como se anticipa en series reconocidas como 'C.S.I.' y 'Without a Trace'.