La sencillez y el idealismo de 'The Color of Paradise' la convierten en una opción cautivadora para quienes buscan algo fresco. La ausencia de personajes malvados en la trama añade un encanto especial a la historia.
Un impresionante thriller que deja una huella. Se trata de una de las obras más inquietantes y cautivadoras en la trayectoria de Chabrol y, por ende, también de Clouzot.
Es una película que parece destinada a un público específico, con un tono sereno y sutil. Sin embargo, logra integrarse de manera excepcional con esos gustos.
No es especialmente graciosa ni innovadora, pero cuenta con la actuación de grandes profesionales, una dirección ágil y impresionantes escenarios de Francia.
El talento presente en esta producción se siente desperdiciado. Diseñada como un medio para resaltar a Madonna, resulta ser un completo desastre. Esta cinta no hace justicia a su estrella, lo que constituye un gran error para un vehículo cinematográfico.
No merece ninguno de los talentos que se le conceden, ni la amable dirección de Reinar, ni las ocasionales notas de elegancia en las interpretaciones de Hudson, Marceau y David Paymer.
Una comedia que cae en lo deplorable, haciendo que incluso las producciones más discretas de los hermanos Farrelly, que curiosamente aparecen en los créditos, se sientan como obras maestras de Merchant-Ivory.
Es posible que esta película no atraiga a quienes no son fans del género. Sin embargo, presenta un elemento que la eleva un poco por encima de otras obras de Seagal, aunque solo sea de manera sutil.
¿Es convincente Caine en el papel de arquitecto de Manhattan, incluso con su acento Cockney? La respuesta parece irrelevante, ya que sus actuaciones son innegables: en cualquier película, siempre brilla.
Destaca por su vigor en pantalla y por dos momentos dramáticos fuera de ella: la recuperación del cáncer de pulmón de la estrella John Wayne y el reencuentro del actor secundario Dennis Hopper con Hathaway.
Te atrapa y busca hacerte reír, pero no logra ser realmente divertida, a pesar de los intentos del superficial Larroquette y las provocativas actuaciones de Kirstie Alley.