Destaca por su vigor en pantalla y por dos momentos dramáticos fuera de ella: la recuperación del cáncer de pulmón de la estrella John Wayne y el reencuentro del actor secundario Dennis Hopper con Hathaway.
Te atrapa y busca hacerte reír, pero no logra ser realmente divertida, a pesar de los intentos del superficial Larroquette y las provocativas actuaciones de Kirstie Alley.