Cae en los mismos defectos del Thor de Taika Waititi; abusa de un humor infantil que convierte al personaje en un payaso. Además, no logra articular un discurso narrativo sólido, quedando atrapada en la pirotecnia visual.
Una de las películas más aburridas del año. Creo que Eli Roth revela aquí varios de los problemas del cine actual, que parece más enfocado en acumular guiños, referencias y chistes poco graciosos, en lugar de desarrollar historias interesantes.
Entretenida pero poco original muestra de slasher en versión sueca, se queda lejos de ser la fiesta de terror que podría haber sido a juzgar por su comienzo.