El humor negro y la brutalidad presente en varias de sus secuencias evocan lo mejor de 'Narcos'. Sin embargo, intentar contar una historia de ascenso y caída en solo seis capítulos se siente insuficiente, representando la verdadera limitación a la que 'Griselda' se enfrenta.
Se nota cierta torpeza al querer abarcar las diferentes aristas del daño que produjo Purdue Pharma sin profundizar demasiado, quedándose en lo superfluo, y acudiendo a la sobreexplicación para allanar el camino.
Fox y Resnik son conscientes de la gran habilidad actoral de Prince, y depositan en ella la responsabilidad principal de la acción. Es precisamente por esta razón que el drama logra sobreponerse a algunas elecciones estéticas y narrativas.
Esta megaproducción parece conformarse con llevar a buen puerto los tramos en los que las luchas se anteponen a sus personajes, como si el director se estuviera vanagloriando de haber creado un díptico impresionante y concluyente.
El film se va volviendo irremediablemente melancólico y, a pesar de no ser redondo, sus cuestionamientos sobre las relaciones son tan certeros como inquietantes.
La respuesta a si una segunda temporada era necesaria se responde ya en los primeros episodios: por fuera de su protagonista, 'After Life' no tenía material suficiente para un regreso, y el desarrollo de los episodios resulta muy mecánico, y sin vuelo a nivel visual.
Ratifica el talento de Cuoco para la comedia y sus matices, y aquí conforma una aceitada dupla con Messina. De todos modos, es Bateman quien carga el peso de llevar el humor negro a buen puerto.
'Doble discurso' pierde su enfoque con rapidez y, posteriormente, intenta recuperar el rumbo, evocando a la icónica 'Nueve reinas' de Fabián Bielinsky, aunque carece de su dinamismo y adopta un tono moralizante.
Es una propuesta que, aunque intenta explorar el lado oscuro de sus personajes, termina siendo más un estudio psicológico que una historia coherente, con acciones tan extremas que caen en la incredulidad.