Hay algo fascinante sobre un plan que verdaderamente es tan ridículo que simplemente podría funcionar y las absurdas interpretaciones de su dotado reparto hacen un gran trabajo permitiendo que les creamos en sus roles.
Una desconcertante bajada a la decadencia moral. Expone cómo ciertos malos factores llevan las cosas demasiado lejos, creando una horrenda toxicidad tan depravada e incontrolable que la única solución sería quemarlo todo.