Coge fuerza en la segunda mitad y ofrece una versión alegremente hortera y entretenida de una de las franquicias más históricas de los videojuegos. Un punto de partida sólido para las películas posteriores.
En sus momentos más destacados, es excepcional y proporciona una manera fascinante de redescubrir la historia de Dragon Ball Z, tanto para los seguidores como para los recién llegados. No obstante, presenta ciertas limitaciones, como sus deficientes mecánicas de RPG.
