Complejo retrato de un artista en su juventud. Arrastrado a la historia de Max por la apasionada interpretación de Mollica, sigue los altibajos de perseguir la fama.
Entre las interpretaciones poco memorables, los chistes absurdos, el humor vulgar y un estilo visual poco impactante, sentí que perdía el entusiasmo por la película.
Es una producción de marca carente de originalidad y vacío en su esencia, lo cual resulta más perturbador que las historias de fantasmas de Internet que han circulado en los últimos años.