Es lo suficientemente desenfadada para disfrutarla mientras cenas o te relajas después de un largo día, sin dejar de ser lo suficientemente dramática para mantenerte completamente enganchado.
Es a la vez una tragicomedia divertida que sigue a unos carismáticos criminales y su intrincado plan, mientras ofrece una reflexión inteligente sobre la religión, la espiritualidad y el proceso de duelo.