Desde que Mark Wahlberg temblaba de miedo por una planta amenazadora en 'The Happening', ninguna otra película había intentado provocar terror con tal improbable objeto amenazante.
Un film de una belleza asombrosa y una tristeza profunda. Una labor de amor autofinanciada que está llena de hombres hermosos y florituras deslumbrantes.
Como corresponde a una sentida oda a los valores de la clase trabajadora, pone mucho empeño en un trabajo duro y honesto que finalmente da sus frutos en una conclusión totalmente predecible pero inesperadamente conmovedora.
En su primera película, Patty Jenkins fusiona el neorrealismo crudo y angustiante de 'Dahmer' con el inesperado romanticismo de 'Boys Don't Cry'. Se trata de un retrato que perdura en la memoria.