El triunfo de 'Sex Education' ha sido hacer atractivo el didactismo. Hay pocas series que han logrado transmitir un mensaje pedagógico con tanta brillantez.
La dinámica y los personajes de la corte están bien retratados. Smith ofrece una actuación audaz y satisfactoria como un individuo inquietante con una intensa sed de sangre.
'Presumed Innocent' resulta poco emocionante. Tanto el guion como las actuaciones parecen carecer de profundidad, dejando la impresión de que simplemente se están realizando sin un verdadero compromiso.
El diseño de producción es tan superficial y débil como la falta de profundidad en los personajes. Ahsoka, que debería ser una chica fuerte, parece carecer de vitalidad en la pantalla.
Nadie maneja su cuello como lo hace Rebecca Hall. Bravo aprovecha esta habilidad única para crear encuadres que capturan de manera magistral esa extraordinaria anatomía y su dolor interno.
Una historia de amor que carece de química y credibilidad. Aunque Domhnall Gleeson y Andrea Riseborough son excelentes actores, y Victor Levin destaca como guionista, queda la pregunta de en qué parte se perdió la esencia de la trama.
La cuarta temporada se presenta sin rodeos, mostrando que es posible confiar en un destacado servicio de streaming estadounidense para narrar historias oscuras y de carácter británico.