La película es demasiado sincera en su expresión de admiración hacia el trabajo del poeta, como para parecer pretenciosa, pero es como un vídeo musical de sus poemas.
El guion presenta altibajos evidentes y gran parte de esta película se siente descuidada, como si fuera simplemente una excusa para alcanzar un desenlace impactante.
El director Mark Neveldine utiliza una iluminación deslumbrante y una banda sonora vibrante, aunque lo más impactante es la actuación de la Sra. Dudley. A través de su mirada, revela alteraciones perturbadoras en su autoconsciencia y en sus intenciones oscuras.
Un cortejo que carece de interés y termina de forma desafortunada. El director presenta su intrigante misterio gótico con la sofisticación digna de una subasta.
La previsibilidad y los clichés obstaculizan el desarrollo de la comedia, especialmente debido a un protagonista que carece de profundidad y resulta excesivamente amable.