Es una serie chispeante y estimulante, pero Cecily Strong, en particular, es el elemento fundamental. Aporta una vulnerabilidad que se gana el emotivo epílogo de la temporada.
La serie tiende en ocasiones a ser excesivamente sentimental y efectista, sin embargo, hay una palpable conexión y química entre Bomer y Bailey. Ambos interpretan de manera interesante esta dinámica de tira y afloja.
No trata tanto de quiénes son estas mujeres más allá de la superficie, sino más bien de un cierto tipo de fama anterior a las redes sociales y al concepto de 'influencers'. Es fascinante.
[Crítica 2ª temporada]: Gracias a su combinación de comedia y sinceridad romántica, la serie ha logrado cautivar a un público fiel. Sin embargo, no se puede considerar una victoria definitiva para la narrativa queer.
A pesar de la cautivadora presencia de Stallone, la producción se siente más como una simple retrospectiva de su carrera que como un verdadero documental.
Es divertida e ingeniosa, incluso en los momentos menos destacados. La serie se enfoca en relatos pequeños y específicos, alejándose del bombardeo global que suele caracterizar las tramas de espionaje en la actualidad.