Única pero indulgente. Aunque su humor resulta insípido, presenta reflexiones profundas sobre la muerte prematura que afectó la infancia de una generación.
La serie no logra aprovechar la prometedora intriga de sus primeras entregas, ya que se ve afectada por un ritmo lento, una estructura que se repite constantemente y un guion que parece rígido.
Una adaptación de videojuego que, aunque es competente, carece de profundidad. La película se siente excesivamente inflada y no logra reflejar el carácter único y la fuerte carga política del material original.
Un melodrama western impresionante y a la vez desconcertante. Se deja llevar por su inclinación hacia el romanticismo, lo que puede afectar la claridad de su narrativa.
A menudo resulta entretenida, aunque no mantiene la misma coherencia que las anteriores. A pesar de su tono mordaz, parece rondar en un territorio familiar.
Establece una conexión simbólica entre el vampirismo y la codicia colonial. Examina las amenazas de criaturas tanto ficticias como tangibles, todo ello envuelto en una tristeza delicada.