Un paso atrás con respecto a la última película en términos de ambición, esta continúa, sin embargo, con el humor alegre y amable de la saga. No hay de qué quejarse.
No siempre hace pie, pero 'Shang-Chi' es una de las mejores primeras películas que ha hecho Marvel. 'Thor' y 'Capitán América' debutaron con films peores y sólo hay que ver hasta donde han llegado.
La premisa de la película es simple y atractiva. Sin embargo, a pesar del gran talento del equipo, el resultado es confuso, situándose en un espacio indeterminado entre la comedia, el drama y el thriller.
Tiene un poco del humor de 'The Full Monty' o 'Brassed Off', y aunque no es tan buena como ninguna de ellas, tiene una alegría ligera y optimista a la que es difícil resistirse.
No ofrece más miedo que una película de terror convencional, pero al combinarse con un drama judicial inteligente y bien equilibrado, presenta una experiencia más rica.
El reparto de este drama de época es, sin duda, uno de los mejores del año. Sin embargo, la trama no logra captar el interés esperado. Una historia interesante no garantiza una película cautivadora.
Para complicar aún más la ya indescifrable historia de la primera película, la segunda es agradable de ver, pero no tiene gracia, es poco atractiva e ininteligible. Ojalá crezca pronto.
Aquí Pixar baja el ritmo y le falta esa comedia sofisticada que esperamos de ellos. Pero si la comparas con los trabajos de otros estudios, es un éxito.
Algunas buenas carcajadas, pero unos personajes débilmente dibujados dan lugar a una película de la que disfrutas en el momento, pero de la que luego te olvidas rápidamente.
A pesar de algunos baches narrativos iniciales, es difícil imaginar qué más se puede pedir a una película con este binomio. Marvel ha vuelto a recuperar su magia.
T trata en todo momento de ser poco convencional y cuenta con un gran protagonista en Pegg. Sin embargo, carece de un objetivo definido o una razón clara de lo que realmente desea ser.
Gracias a los sutiles guiños al mundo de Harry Potter, esta secuela logra transmitir un innegable encanto y una sensación de familiaridad. No obstante, parece que intenta abarcar más de lo que realmente puede manejar.