Aunque se aleja en varios aspectos de la novela de Diderot que adapta, la versión de Guillaume Niclaux de "La religiosa" ofrece actuaciones sólidas, un seductor despliegue visual y algunas actualizaciones acertadas.
Sorprende la composición del debutante Pablo Pinto en 'De martes a martes', potente relato que marca también el debut del prestigioso cámara Gustavo Triviño como director. Una de las mejores películas nacionales.
Pueden disfrutarla los más pequeños, aunque no comprendan completamente la trama, al igual que los adultos, que podrían tener dificultades de entendimiento. Además de la mesa de control llena de botones, la película presenta nuevas y más complejas emociones que pueden resultar desafiantes.
La comedia presenta momentos divertidos, reminiscentes de las típicas películas de estudiantes de Hollywood. Sin embargo, a medida que avanza, el enfoque del tema se torna melodramático, acompañado de un tono moralizante que se hace evidente.
El resultado es rarísimo, y también risueño. Quizás un poquito despacioso, pero eso mismo permite disfrutar con tranquilidad el trabajo que se tomaron los autores.
La película presenta una serie de disparos y una intriga constante, manteniendo una tensión adecuada. Su guión es sólido y cuenta con un buen elenco, además de ofrecer varias moralejas dentro de un relato bastante singular.
El cuento resulta lo suficientemente ameno, encantador y un poco exagerado para atraer el interés de su audiencia, aunque es probable que no lo recuerden mucho después.
Una película dirigida a preadolescentes, que cuenta con una estética llamativa y un espíritu ingenuo. Su comienzo es ágil, pero carece de un pulido final que permita evitar la saturación del conjunto.
La historia se narra de manera hábil, equilibrando momentos de calma con una creciente tensión hasta alcanzar un desenlace satisfactorio. El elenco es talentoso, las actrices desprenden frescura y la cámara capta su esencia con destreza.
Todo se ve bastante reconocible, fresco y muy simpático. De veras es una obra simpática, con momentos graciosos y también de los otros, para que el público piense y recuerde alguna cosita.