Podría haber funcionado mejor si los ocho episodios hubieran durado menos de una hora cada uno. Es muchísimo tiempo para estar encerrado entre cuatro paredes con este grupo.
Un grupo de actores de gran talento son mal dirigidos para ofrecer interpretaciones tan exageradas, que es un milagro que nadie se ahogue con el decorado.
Se presenta un documental impactante que narra una historia repleta de horror y tragedia, pero a su vez destaca por momentos de valentía, compasión y humanidad.
Si los hermanos Coen hubieran explorado los nevados paisajes de Minnesota y se hubieran aventurado a Quebec, podrían haber creado una obra de arte muy similar.