Mozaffari tiene buen ojo para los detalles que hacen que una situación o un lugar cobre vida, trabajando con actores inexpertos para crear personajes electrizantes y una sensación de imprevisibilidad tensa.
Bloom lidera una obra que versa sobre los complejos ecos del abuso, ofreciendo su mejor interpretación hasta la fecha en este indie de bajo presupuesto.
Este convincente drama humano descubre una nueva energía en el inspirador género del cine sobre profesores, revelando constantemente nuevas capas de sus personajes.
Un estudio de personajes bellamente íntimo, que argumenta sin ninguna duda que la identidad afroamericana es demasiado compleja para ser reducida a los endebles estereotipos que a menudo se ven en pantalla.
Hemos escuchado la misma lección infinidad de veces antes en otras películas, y aunque es sin duda impresionante ver cómo las ansiedades de Conor se manifiestan en una criatura tan impresionante como monstruo, la creación de Bayona es mucho ruido y pocas nueces.
Es como escuchar dos horas y media de anécdotas, pero mejor, ya que se ha tomado la molestia de ponerlas en escena para nuestro beneficio. Spielberg es un narrador nato, y estas son sus historias más valiosas.
Promete grandes cosas por venir de Warren. Este evita los clichés y hace que la historia sea concreta para estos personajes, y responde a los estereotipos de la agresividad negra con imágenes de la vida familiar y de la iglesia.
Un par de interpretaciones soberbias de los recién llegados Alana Haim y Cooper Hoffman dan fuerza a la película más adorable del director hasta la fecha.
Es a la vez estimulante y confusa, en parte porque el patriarcado es un Goliath demasiado grande como para ser derribado de un solo golpe. No obstante, es muy interesante ver a jóvenes directores luchar contra el status quo.