Irons brilla en su papel. Hay algo profundamente conmovedor y casi trágico en un buen hombre que se ve gradualmente atrapado por las oscuras realidades que lo rodean. Esta película logra captarlo de manera excelente.
Aunque presenciar a un grupo de nazis ser eliminados de maneras escalofriantes puede proporcionar una emoción propia de una película de medianoche, lo arriesgado pierde fuerza con el tiempo.
Anderson ofrece a su audiencia una experiencia de complicidad reconfortante mediante referencias que rompen la cuarta pared, aunque la historia de moralidad que se presenta es apenas superficial.
Un drama sobre el aborto que resulta sorprendentemente falto de tensión. Aunque está claro que hay mucho en juego, 'Call Jane' no se muestra interesada en hacernos sentirlo. Es una obra que no alcanza a destacar.
Wright siempre mantiene una perspectiva femenina en primera línea. Ofrece una evocación envolvente del tiempo y el lugar, además de presentar una flexión cinematográfica más sobria, aunque estilosa.
Broadbent brilla en este excéntrico y conmovedor atraco. Maneja con maestría las grandes ideas de justicia social, entrelazando momentos íntimos de la vida familiar de manera excepcional.
Ofrece más puntos a favor que en contra. No suaviza la temática del abuso de drogas y alcohol, a la vez que evita los clichés típicos que el género suele presentar.
Es maravillosamente espeluznante y desconcertantemente familiar. Si no va al panteón de las películas clásicas de medianoche, no sé qué más puede hacerlo.
Ali Abbasi critica el patriarcado a través de un opresivo relato de asesinatos en serie, donde Zar Amir-Ebrahimi destaca con una actuación excepcional.
El primer acto de 'Titane' es un bombardeo de salvajismo. Lo que le sigue es una visión deslumbrante, espeluznante, tierna, a menudo brillante, a veces desconcertante y siempre única de las vidas y los cuerpos en transición.