¿Cómo se puede superar un clásico? La nueva versión de Steven Spielberg del musical atemporal lo logra con gran estilo. Hay una base de artistas de alto nivel en esta obra y se aprecia claramente.
Lo que la eleva más allá del simple trasplante literario y de los tópicos de frikis contra atletas es su aguda exploración del extremismo dentro de las clases altas inglesas.
Una odisea emocionante y llena de tensión hacia el techo del mundo. Es recomendable llevar pastillas para el mareo y tratar de verla en la pantalla más grande posible.
Una prueba de la destreza y el amor con el que se ha realizado es que su dulzura nunca resulta empalagosa, y la excentricidad siempre se siente natural. El resultado es una total delicia.
Pixar ha perdido parte de su encanto con una historia monótona sobre monstruos marinos y el crecimiento. La atmósfera veraniega y tediosa atraerá a quienes busquen un contenido sencillo para los más pequeños.
Una comedia animada que se caracteriza por su humor inteligente y su toque de locura. Resulta muy entretenida, con un reparto de voces carismático y un alto porcentaje de aciertos en sus bromas.
Está tan rebosante de ideas y tan rebosante de estilo visual que ensombrece a la mayoría de los demás éxitos de taquilla. Pasé dos horas viéndola y un par más desentrañándola.
Esta 'ovejuela' fusiona la alegría y la excentricidad propias de la cultura inglesa con un matiz 'Spielbergiano', todo ello complementado con el característico encanto de Aardman.
Los números musicales son impresionantes, la historia está llena de optimismo y desafío, y todo está magníficamente iluminado. Pero hay una tensión entre la crudeza de las experiencias de Celie y la espectacularidad que la rodea que Bazawule nunca resuelve.
Capta de forma conmovedora la humanidad en mitad de la metralla. Los aficionados a la historia notarán los esfuerzos por reflejar la realidad del conflicto, pero los toques spielbergianos son, sin duda, un gran punto fuerte.