No logra despegar por completo. Algunas escenas parecen estar incompletas, las conversaciones carecen de humor y los momentos de acción resultan insatisfactorios. Ha perdido la frescura que caracterizaba a la primera saga de Spy Kids.
Una película más que disfrutable, pero la historia se siente débil ya que el clímax ocurre de manera muy rápida y sin la adecuada preparación. Deja una sensación de insatisfacción.
Pese a ser una comedia romántica LGTBI, recurre a todos los clichés de este clásico del cine y la literatura. Sin embargo, cuenta con un toque de humor que la hace amena y entretenida.