Taika Waititi recupera parte del hechizo del original con un trabajo visual y de producción impresionantes que brillan bajo el estilo del director, pero menos inspirado en la narración.
Una serie tan austera como el frío finlandés: con una trama basada en hechos reales, su oferta no es lo suficientemente refrescante para destacar comercialmente más allá de sus fronteras.
Repite sin sonrojarse los mismos mecanismos de la película original, sin ofrecer nada novedoso y estirando una propuesta que en 2024 carece de carisma. El aspecto más decepcionante es un guión carente de cualquier indicio de humor.
Es el complemento perfecto antes de la cuarta temporada de The Boys: con un enfoque más juvenil y menos subversivo, mantiene la esencia y el carisma de la serie original.
Un brindis a la exageración absurda del sórdido ambiente del fútbol: con Silva sujetando su caída en el abismo del cringe, conseguirá provocarte alguna carcajada si estás dispuesto a pasar por el corte de un humor vulgar, castizo y burlón.
Más humana, más dinámica y aún más fresca que la cautivadora versión original de las novelas gráficas. Tan llena de creatividad como la torpe y natural jovialidad que la caracteriza.
La serie trata el tema del bullying con sensibilidad y buenas intenciones, pero su guión resulta forzado y el contexto carece de credibilidad. El final, por su parte, se siente un tanto ingenuo, lo que disminuye el poder de su mensaje. A pesar de su intención de ser accesible para los jóvenes, sacrifica profundidad por un enfoque más comercial. Es
Apple TV+ arriesga y pierde con este thriller psicológico, que en teoría iba a sumergirnos en la mente humana y el duelo a través de imágenes inquietantes y complejas. Sin embargo, termina siendo una experiencia visual poco profunda.
Lo mejor de Mike Flanagan desde La maldición de Hill House cautivará como una macabra e inquietante antología de historias del autor estadounidense conectadas con astucia.
Una serie que deslumbra por su estética, utilizando una animación que recuerda a los cómics. Es ágil y entretenida, aunque no logra profundizar en el impacto emocional que su contexto sugiere.
Una versión entretenida, pero genérica y comercial, del apocalipsis zombie en España. La adaptación sacrifica el tono íntimo y auténtico del libro, lo que limita su impacto emocional y su tan rica identidad.
Intenta aprovechar el atractivo de la traición y la política, similar a lo que logró Juego de Tronos, pero falla en desarrollar personajes con profundidad y en presentar conflictos innovadores. La propuesta resulta bastante poco inspiradora.
Excepcional Noomi Rapace. El talento de los actores y la profundidad de sus personajes justifican la continuación de esta intrigante historia de fantasmas ambientada en el espacio.
Una comedia poco original que critica de manera exagerada la industria cinematográfica nacional, llevándonos al límite de lo incómodo, parecido a un sketch que preferiríamos olvidar.
Un ejercicio brillante de empatía y equilibrio. Con un elenco excepcional y una narrativa conmovedora, refleja las luces y sombras de la familia moderna. Javier Fesser eleva lo cotidiano a lo universal ofreciendo reflexión, humor y emoción sin despegarse de la realidad.