Puede aspirar fácilmente a un segundo puesto en cuanto a fascinación y sentido de la maravilla, pero el primer puesto sigue en manos de la película de 1979.
Quienes busquen la "profundidad humana" probablemente no hallen mucho, ni tampoco actuaciones memorables, pero esto no afecta el equilibrio, que se fundamenta en el impresionante impacto visual.