Netflix no logra captar el humor de la Nascar. La falta de profundidad y las bromas repetitivas sobre millennials y vegetarianos conducen al fracaso de la serie.
[Crítica 3ª temporada]: parece a medio terminar, desperdicia a sus mejores actores y termina de forma enloquecedora. Sólo hay dos episodios sorprendentes.
Una fascinante adaptación televisiva que cuenta con un reparto excelente, una atmósfera llena de tensión y una trama que te encariñará con todos los personajes.
Es un drama escolar de buen gusto que todavía tiene que abordar muchas de las cuestiones que ha ido planteando. Hay mucha especulación y charlatanería para esconder el hecho de que, en el fondo, aún no ha explicado nada.
Todo el reparto es excelente, especialmente Hollander y Reeves, quienes aportan calidez a personajes que de otro modo podrían resultar fríos. Es sencillo involucrarse emocionalmente con ellos.
Kristin Scott Thomas ofrece una actuación excepcional. Disfrutar de este thriller de espías es un verdadero deleite; se destaca por ser grandioso, audaz y entretenido.
Es una mezcla curiosa, que intenta equilibrar momentos de slapstick con observaciones dramáticas sobre la ambición y la libertad. A veces, funciona maravillosamente.
Sobrevive gracias a la fuerza de sus interpretaciones. En otras manos, la inocencia de la protagonista podría ser irritante, pero Williams le otorga vida, apoyada por un divertido grupo de idiotas.
Es truculenta y sangrienta, un disparate total de principio a fin, pero resulta divertida y muy atractiva. Comencé a ver un episodio y enseguida me enganché a tres.
Se vuelve más impactante en cada episodio. Es grandilocuente, narra una historia fascinante y aterradora, además de estar estructurada de manera experta y repleta de giros sorprendentes.
Fabulosa e íntima. Los creadores logran situar la historia en su contexto cultural de la época, a la vez que la analizan desde una perspectiva contemporánea en 2021.