A pesar de contar con una base interesante, Bukowski no logra contextualizar las acciones y pronunciamientos de su protagonista en un marco psicológico o literario. Se percibe como una mera celebración de la misoginia y el autoabuso de Bukowski.
Shimizu opta por un suspense psicológico despiadado en lugar de recurrir al gore, logrando destacar al entrelazar una historia sencilla en un contexto de maldad.