Aunque otros actores pudieran aprovechar mejor los impresionantes escenarios, el envidiable vestuario y el simpático reparto secundario, el guion seguiría siendo un problema.
Puede que 'The Sympathizer' no esté a la altura de su predecesora literaria. Pero es una obra televisiva que merece la pena buscar y enfrentarse a ella.
Watts combina eficazmente elementos clásicos y modernos, manteniendo el interés a lo largo de la película. Sin embargo, se siente que ha desaparecido parte del encanto y la agilidad presentes en las dos entregas anteriores de Holland.
Una aventura entretenida y ocasionalmente emotiva que recorre todo el mundo, haciendo un buen uso de un personaje conocido e introduciendo —de manera bastante orgánica— su reemplazo.
Una serie que mezcla de forma curiosa pero efectiva los elementos distintivos de la televisión de alta calidad con los clichés típicos de las comedias dramáticas laborales. Wyle brilla como un protagonista fascinante.
La película se siente superficial y presenta una psicología simplista, además de un estilo excesivamente dramatizado. Tanto Larraín como Steven Knight no logran transmitir una iconografía convincente, oscilando entre lo artístico y lo vago.
Este filme trasciende la simple publicidad, aunque no alcanza la categoría de un completo sueño. Sin embargo, Gerwig ha logrado crear una obra que invita a la reflexión y a la conversación.
La emotiva alegoría de Tartt podría haber tenido más espacio para desarrollarse. Aunque valoré la elegancia y las actuaciones del filme, no salí del cine con una profunda sensación de conmoción.