'Spartacus' sigue siendo una epopeya extraordinaria, manteniendo su potente fuerza intelectual. Lo más atractivo de la serie son sus sutiles conjeturas políticas que se encuentran entrelazadas en la trama.
No hay mucho que pueda decir a su favor, salvo que me lo pasé en grande viéndola. Está claro que no es arte, ni se puede considerar notable. Es simplemente aceptable.
Es una película sustanciosa que hace un barrido histórico estimulante y cuyas tres horas permiten a Szabo mostrar cómo el destino de esta familia se va moldeando con la presión.
El primer acto puede ser confuso para quienes no conocen la novela, pero la actuación de Redgrave nos orienta y, al final, logramos entender con claridad la esencia de la historia.
Adjani está poseída en esta película. No es uno de esos tranquilos dramas de época en los que personas con hermosos trajes se mueven por elegantes habitaciones. Sus ojos siempre parecen embrujados.
Desde la llegada del joven Hutter al castillo de Orlok en 'Nosferatu', ningún otro viaje a una casa maldita ha sido tan aterrador como el de 'The Woman in Black'.
Está todo fotografiado con tal belleza visual que ver esta película es como contener tu respiración para que las mariposas del estómago no se remuevan.
Todas las grandes farsas necesitan un cierto enfoque alocado, una intensidad que declare lo importantes que son para sí mismas. Esta es demasiado segura, relajada y astuta para ser realmente divertida.
Los personajes están bien diseñados y bien interpretados, pero se ven debilitados por una escala excesiva. La distancia entre el sujeto y el estilo es lo que afecta negativamente a 'Ryan's Daughter'.
Una de las películas más entretenidas de los últimos tiempos. Te cautiva con su historia, sus actuaciones y su manera astuta de manejar el silencio y el blanco y negro.