La película es sumamente entretenida. Se presenta como una obra atrevida que intenta educar a los jóvenes acerca de la música clásica, al tiempo que se muestra juguetona y maravillosamente imaginativa.
La serie aborda temas significativos, como la forma engañosa en que nos mostramos en línea y nuestra creciente adicción a lo virtual. También ofrece una profunda reflexión sobre la tristeza y la pérdida. Es, en mi opinión, la mejor obra de Brooker.