Maras logra extraer la tensión adecuada de los momentos más intensos y vívidos de la película. Además, demuestra su habilidad para impactar visualmente, ya sea con o sin el uso de la violencia.
El guion de Nicchiarelli transforma las historias compartidas por quienes conocieron a la protagonista en una obra que evita el sensiblerismo, retratando a una mujer implacable.