Con una interpretación brutalmente cruda de Deadwyler, se presenta como un biopic tradicional pero convierte los hechos en recuerdos tristes y melancólicos, a través de una cámara que no aparta la mirada del dolor de una madre.
A pesar de insinuar un malestar político en su trasfondo, la película desfigura una figura claramente política, reduciéndola a una etiqueta de 'coexistencia'.
Con sus constantes referencias históricas y su enfoque estético autorreflexivo, esta obra de época de los años 80 hace sus primeras insinuaciones hacia un significado más profundo antes de desaprovechar su potencial.
A pesar de los esfuerzos de Kasi Lemmons, que en ocasiones son notables, la película reduce a Whitney Houston a un nombre y rostro intercambiables, sin ofrecer nada verdaderamente especial.
Hasta cierto punto, cada plano está compuesto con un poco más de pulcritud. Pero todos están unidos por un tejido conectivo visual y narrativo mínimo, lo que resulta en una película desconcertante.
Es una imitación superficial de la saga que ni siquiera cumple las expectativas más básicas a nivel visual y narrativo. Es una película mala en general.
En lugar de ofrecer un desastre que sea un gran espectáculo lleno de emociones, se siente más como una repetición mecánica de otras películas que son superiores.
Una autorreflexiva carta de amor a los dobles de Hollywood, 'The Fall Guy' es el vehículo perfecto para la vena cómica de Ryan Gosling, y para su encanto romántico junto a una Emily Blunt igual de compenetrada.
Una extraordinaria miniserie de crímenes reales que se adentra no sólo en el 'quién' y el 'cómo', sino también en el 'por qué' de la desaparición de una joven indocanadiense en 1997.
Linklater consigue otra comedia tan oscura y audazmente hilarante como 'Bernie'. Al concluir la película y ver los créditos, te deja con el deseo de volver a disfrutarla diez veces más.
Se ve reforzada por interpretaciones agradables que, en ocasiones, compensan sus múltiples deficiencias en otros aspectos, asegurando que en ningún momento se vuelve aburrida, a pesar de que a veces tiende a ser débil.
Recorre muchas de las temáticas abordadas por Lestrade, pero lo que realmente resalta desde sus primeras escenas es la interpretación de Colin Firth en el papel de Michael Peterson.
No es tanto una película como tal, sino un puñado de ideas provenientes de otras salvajemente distintas, todas emplastadas con temerario abandono y una falta de intriga casi total.