Combina la energía eléctrica de su actuación en vivo con una accesibilidad constante. El poder del show de Springsteen irradia de la pantalla, atrapando al espectador con su sinceridad.
David Boreanaz realmente sabe cómo transformar un guion ordinario en algo especial. Además, lo más impresionante es la autenticidad del equipo, que aporta mucho a la trama.
Una cautivadora y aterradora fantasía. Este entorno, repleto de tabloides, programas matutinos y acuerdos de cine, está lleno de oportunidades para desarrollar un profundo drama narrativo.
Las actuaciones son sólidas y el humor es sutil, sin embargo, esto lleva al público a hacer comparaciones con la película original que es sobresaliente. En definitiva, se percibe que no hay un motivo convincente para que esta serie sea producida.
Confusa pero con buena dirección, el talento de DuVernay con la cámara realza una adaptación que, por sí sola, podría sentirse desorganizada y afectada por una narración insatisfactoria.