Una película modesta e íntima que destaca por el rendimiento honesto y comprometido de Skerritt, quien brinda una de las más memorables actuaciones de su trayectoria.
La trama es tan predecible como el amanecer en un día despejado. Sin embargo, la película resplandece en los momentos en que O'Sullivan captura las expresiones de su talentoso elenco, mostrando ternura y una profunda comprensión en sus interacciones.