Una sangrienta comedia punk impregnada de un inquietante y oscuro sentido del humor ruso. Es mucho más ingeniosa e inteligente de lo que su premisa 'pulp' puede hacer pensar.
Aunque es claramente un placer culpable, la primera película americana de McDonagh es un éxito parcial que no logra transmitir el ingenio y el peso moral de sus obras anteriores.
Baird se mantiene fiel a la novela de Welsh, aunque disminuye su tono implacablemente vulgar. Aun así, 'Filth' resulta ser una entretenida bocanada de aire fétido.
El tono inexpresivo y su estética irónicamente soleada recuerda a las tragicomedias agrias de Todd Solondz, pero hay más ligereza redentora en este atractivo Eurodrama, que tiene un encanto agridulce y una relevancia universal para apelar a audiencias más exigentes.
Orizont logra destacarse a pesar de algunos momentos melodramáticos. La impresionante estética, caracterizada por tonos apagados y crepusculares, es obra del director de fotografía Oleg Mutu, un referente de la Nueva Ola rumana. La música de Cristian Lolea añade un aura hitchcockiana de creciente tensión.
El elenco es excepcional, la cinematografía es impresionante y el ambiente oscuro se logra efectivamente. Sin embargo, los personajes carecen de la complejidad que se podría esperar comparado con series como 'The Wire' o 'The Killing'.
La película presenta ciertas influencias de Lynch y Jodorowsky, aunque se cuestiona si el joven guionista-director logra mantener un dominio claro sobre el tono juguetón de su obra.
Está lleno de imágenes impresionantes pero carece de una estructura narrativa y un enfoque periodístico. Se presenta como un collage visual errático que no logra extraer nada realmente profundo de un contenido que podría ser fascinante.
Para aquellos que no están familiarizados, la película no ofrece mucho contexto sobre la profunda subcultura del rock que rodea a Agnostic Front. Sin embargo, los registros de los conciertos resultan ser muy emocionantes.
Lleva la tolerancia de la audiencia hasta el límite. Los cambios de tono son molestos, su sensiblería es empalagosa y su humor se pierde en un entorno Occidental.
Wood mantiene la acción en un melodrama cuasi-naturalista, evitando excesos. La llegada tardía de John Cusack aporta energía, aunque no sorprenda. Ambos logran elevar una trama extravagante a algo que se asemeja a una sinfonía pulp.
El film se mueve con rapidez y cuenta con algunas interpretaciones destacadas, sin embargo, su guion deficiente no logra entregar las emociones ni los giros sorprendentes que sugiere.
'Boy Eating the Bird’s Food' es un notable ejemplo de realismo social, logrado de manera magistral por el joven director Ektoras Lyzigos. A su vez, resulta ser una experiencia de visualización que destaca por su fuerte austeridad.
Kormakur eleva los estándares del género, aportando una singularidad islandesa que se destaca. El primer episodio de 'Trapped' resulta ser una experiencia placentera y de alta calidad, perfecta para disfrutar en las frías noches de invierno.