Moore logra interpretar un personaje de gran complejidad con gran maestría, mostrando su vulnerabilidad y humanidad más allá de la opulencia del vestuario y el maquillaje.
La película logra provocar risa, pero también genera lágrimas con sus intensos momentos, gracias a personajes bien construidos que se entrelazan en una narrativa emocionalmente devastadora.
Aprovecha inteligentemente los elementos que siempre han hecho atractivo este género, añadiendo al mismo tiempo algunos giros y subversiones convincentes.