La película ofrece una profunda generosidad emocional. Spielberg dirige la historia de Walker con una notable sobriedad y pasión, evitando caer en exceso de reverencia.
Los primeros momentos de 'Ma loute' sugieren una propuesta extravagante y agitada. Sin embargo, Dumont parece esforzarse en exceso por provocar risas, lo que resulta un tanto forzado.
Un tierno estudio de tres niños que ansían encontrar su lugar. La visión de Haynes de dos Nueva Yorks, separados por medio siglo, es maravillosa en sus detalles.
Apenas rasca la superficie de una vida extraordinaria. El film adopta un tono similar al de 'Forrest Gump', que en lugar de exaltar el espíritu humano, termina saturándolo.
El director no logra aprovechar el potencial de la producción. El principal problema radica en que todo se siente demasiado infantil. Los decorados son excesivamente pulcros y la violencia, en su representación, resulta irreal y digital.
Kulig, tan efervescente como la joven Jeanne Moreau, es la fuerza vital del film. Es inmaculada y jazzística. Emocionalmente distante por naturaleza, pero accesible.
No hace justicia a una mujer pionera. La película retrata una timidez excesiva y un enfoque que no logra capturar la verdadera esencia de su protagonista.
Nick Hornby adapta la encantadora novela de Colm Tóibín sobre una inmigrante irlandesa que descubre el amor en Nueva York. El resultado provoca una profunda emoción que recorre todo el cuerpo.
Un melodrama excesivamente exagerado que se siente fuera de lugar. La trama, aunque ambiciosa, no logra conectar con el público y se pierde en su propia complejidad.
Johansson brilla, pero Tatum hace que esta comedia romántica pierda fuerza. El ritmo es lento y, en ocasiones, da la impresión de que la película intenta un baile complicado mientras intenta llevar un paso torpe.