Moodysson tiene una habilidad impresionante para mostrar el mundo desde la perspectiva de los niños y para obtener interpretaciones naturalistas de sus jóvenes actores.
Grabada con elegancia en un blanco y negro de alto contraste y acompañada de una banda sonora delicada, la importancia de 'Le Feu Follet' también se debe a la medida y segura actuación de Ronet.
Rodada en tonos cálidos y vívidos por el director de fotografía Javier Aguirresarobe, es una película de excepcional compasión y generosidad. Una obra conseguida y muy relevante.
Dirigida con destreza por Blanc e interpretada por un impresionante reparto, 'Summer Things' se presenta como una comedia ingeniosa que entretiene con su agudeza y frescura.
Es un homenaje desde el punto de vista de comienzos de los 90 en Hong Kong a una era muy poca conocida del cine chino. Pero, por encima de todo, es una carta de amor a la propia Ruan.
La magia reside en las fluidas coreografías de los actores, la elegancia del trabajo de cámara de Jean Rabier y el hermoso diseño de producción de Bernard Evein.
El enfoque paciente del director da verdaderos dividendos, por la forma en que observa a los niños... trabajando y jugando en un entorno tan beneficioso.
A pesar de contar con una encantadora banda sonora de bossa nova y actuaciones llenas de energía por parte de un elenco no profesional, la película se siente más centrada en el espectáculo que en la profundidad de su contenido.
'Floating Weeds' es una película que destaca por su atmósfera cautivadora. El director maneja el color de manera expresiva y construye escenas líricas que muestran su maestría en la composición visual.
Contrastando los épicos paisajes de la Patagonia con la modestia de las aspiraciones de sus personajes, Sorin ha creado un atractivo retrato de esta remota región.
Es una obra de un cineasta sumamente talentoso. Los paisajes que presenta son impactantes y han sido perfectamente inmortalizados por la fotografía de Diego Martínez Vignatti.
Un drama embriagador que explora la alienación en la adolescencia. La perspectiva del nihilismo juvenil presentada por Chan es tanto auténtica como impactante.
Si bien escapa a los estereotipos típicos de las historias sobre enfermedades terminales, le falta la profundidad emocional que caracteriza a las obras más destacadas de Ozon.
A pesar de su ritmo pausado y un desenlace que podría parecer un tanto sutil, la película brilla gracias a la extraordinaria interpretación de Béart, que está llena de matices.